Esta vitamina se encuentra en alimentos de origen animal, incluyendo el hígado, el aceite de hígado de diversos pescados, la yema de huevo y en productos lácteos. El retinol, una forma activa de la vitamina A, se produce en el propio organismo a base del betacaroteno ingerido con las verduras de hojas verdes y las frutas.
Funciones de la Vitamina A:
* Formación de huesos y dientes.
* Mantienen la piel y el cabello sanos.
* Protección de los tejidos del aparato respiratorio, digestivo y urinario.
* Conservación de la visión nocturna.
* Ayuda a la liberación de la energía de los nutrientes.
* Estimular la producción de hormonas
* Conservar al salud de la boca y la lengua.
La deficiencia prolongada genera una serie de cambios radicales a nivel ocular, entre ellos la xeroftalmia. El proceso ocurre en forma progresiva, primero se produce resequedad en la conjuntiva (xerosis) y el epitelio normal del conducto lagrimal y de la mucosa, es reemplazado por un epitelio queratinizado. Luego ocurre una acumulación de la queratina en placas pequeñas (manchas de Bitot) y eventualmente se produce la erosión de la superficie rugosa de la córnea, con ablandamiento y destrucción de la misma (queratomalacia) desencadenando en ceguera total. Otros cambios incluyen el incremento de la susceptibilidad a infecciones, hipoqueratosis, queratosis pilaris y metaplasia escamosa del epitelio que cubre vías respiratorias, urinarias hasta llegar a un epitelio queratinizado
Exceso de vitamina A
Algunos de sus efectos tóxicos son la aparición de:
- Náuseas
- Ictericia
- Irritabilidad
- Anorexia, no debe ser confundida con anorexia nerviosa (desorden alimentario)
- Vómitos
- Visión borrosa
- Dolor de cabeza
- Dolor y debilidad muscular y abdominal
- Somnolencia
- Estados de alteración mental.
Sin embargo, la toxicidad hepática puede ocurrir a niveles más bajos, con 15000 UI diarios. En individuos con falla renal, 4000 UI pueden causar daños importantes.
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